LAS VARIANTES DE SITRAMA

Como dijimos en otro artículo, Sitrama adquirió su nombre definitivo a finales de la Edad Media. Al menos en cuanto a la pronunciación. Por el contrario, durante varios siglos se escribió de diferentes maneras, hasta que se fijó su forma actual cerca de 1800.

Se trata de un fenómeno corriente. Hasta la creación de la Real Academia de la Lengua, no había uniformidad en la ortografía y cada persona escribía como le daba la gana. En una misma página podía haber numerosas variaciones de cada palabra, como si el autor se olvidase de cómo la había escrito poco antes. Por ejemplo, podía empezar escribiendo también, en el siguiente párrafo tanvyen, dos líneas más abajo tam vien, etc.

Este caos se veía agravado por otro problema. Incluso después de la invención de la imprenta, gran parte de los documentos se seguían escribiendo a mano. Y tal como sucede en la actualidad, muchas letras eran tan parecidas que resultaba difícil distinguirlas. Para evitar la confusión, surgieron varias soluciones, que a veces se usaban a la vez en el mismo texto.

En el caso de Sitrama, esto se manifestó en dos formas de escribir su nombre: Sytrama y Sittrama.

Para distinguir las letras en un texto manuscrito, la i se convirtió en y, la t se dobló en tt.

— Si el nombre se hubiera mantenido desde el siglo XVIII

Sytrama dettera letrero antiguo

SYTRAMA

A finales de la Edad Media apareció una forma de escribir muy esquemática, destinada a producir textos a gran velocidad. Para ello, las letras se dibujaban con un trazo muy sencillo. Algunas, como i, l, t, se reducían a un simple palo vertical, la n a dos palos y la m a tres palos. Una palabra como tinte se convertía en cinco palos casi idénticos: |||||e. Sitrama podía aparecer como s||ra|||a, lo que provocaba confusión. Un texto escrito de esa forma sería ilegible salvo para los muy expertos.

Para distinguir las letras se idearon varias soluciones: una de ellas era escribir la i como y, tanto a principio de palabra como al final. Ese es el caso de Ysabel, Ygnacio, Ynés, my casa, para ty o asy. Con el paso del tiempo, la mayoría de esas palabras se volvieron a escribir con i, pero la combinación sy resistió durante muchos años, incluso en mitad de la palabra. Los documentos de los siglos XV y XVI están plagados de ejemplos de sy, asy, syn, syno, syenpre, consyderar, sygno, sytuado, disposycion, syrve, syga… Y por supuesto, Sytrama.

En el Inventario del Conde de Benavente de 1446, la primera vez que se documenta el nombre Sitrama, aparece también el primer ejemplo de Sytrama. La página 47 del libro está encabezada por el epígrafe Sitrama, en color granate. En el cuarto párrafo podemos leer, subrayado en color rojo:

  • Del Concejo del dicho lugar de fuero, de la heredad que el señor Conde ha en Sytrama, en cada año diez y ocho fanegas de cebada.
Sytrama en Libro Becerro 1446

De  la heredad que el señor Conde ha en Sytrama...

— Inventario de los bienes del Conde de Benavente en Sitrama, 1446

Años más tarde, en 1528, el rey Carlos I encargó el primer censo de población realizado en España. Allí figura que Sytrama tenía 30 vecinos pecheros (padres de familia obligados a pagar impuestos), lo que supone unos 120 habitantes.

A partir de ese momento, esa ortografía queda obsoleta y durante todo el siglo XVII siempre se escribirá Sitrama. Sin embargo, en 1752 la forma Sytrama resucitará brevemente y lo usará en numerosas páginas uno de los escribanos del Catastro de Ensenada.

Bienes patrimoniales de Don Fernando de la Hoz y Chaves, presbítero, cura párroco de este lugar de Sytrama.

— Catastro de Ensenada, 1752

Sitrama de Tera Sytrama Catastro Ensenada 1752

SITTRAMA

Cerca de 1700, triunfó una nueva solución para distinguir las letras manuscritas: duplicar la letra t en mitad de palabra. De este modo, resaltaría en el texto y no se confundiría con otras letras de simple trazo vertical, como i, l, m, n. Los documentos de la primera mitad del siglo XVIII se llenan de ejemplos de Anttonio, Santtiago, nattural, nietto, mattrimonio, estte, cittado, cartta, partte, etc. La moda de la «t dieciochesca» o geminada languideció por la presión de la Real Academia, que la censuró duramente por ir contra la etimología, la sencillez y el buen gusto, y desapareció por completo antes de 1800.

Los topónimos sucumbieron también a la moda. En los textos de la época se escribe a menudo Benaventte, Santtibáñez, Santta Martta, Asttorga, Casttilla y, por supuesto, Sittrama. Incluso, ya que de Tera se pronunciaba como una sola palabra, en la escritura la letra t quedaba en la mitad y por lo tanto se doblaba: dettera.

Sittrama 1732

Cerca de 1700, Sittrama sucumbió a la moda de la tt o "t dieciochesca".

— Pleito de Hidalguía de Domingo Vara, 1732

El principal documento que tenemos de este fenómeno es un pleito de 1732. Domingo Vara, nattural de Santtibáñez dettera, llevaba más de quince años viviendo en Sittrama desde su mattrimonio. Él aseguraba ser de origen noble, hijo y nietto de insignes hidalgos de Ferreras de Abajo. Pero sus vecinos de Sittrama no se lo creían y le obligaban a pagar impuesttos.

Domingo recurrió a las más alttas insttancias para que le reconocieran su condición de hidalgo (y le libraran de pagar impuesttos). Primero acudió al señor feudal de la comarca, el Conde de Benaventte. Luego inició un pleitto antte la Chancillería de Valladolid, el Tribunal Supremo de la Corona de Casttilla. El proceso duró dos años y al final logró la victtoria: el alcalde de Sittrama dettera hubo de ceder, y don Domingo Vara y sus descendienttes fueron proclamados hidalgos de pleno derecho.

Domingo Vara, vecino del lugar de Sittrama, nattural y originario del lugar de Santtibáñez dettera, obispado de Asttorga.

— Pleito de Hidalguía de Domingo Vara, 1732

Pleito Hidalguía Domingo Vara Sitrama Sittrama 1732

Referencias

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